Y de repente, cuando menos te lo esperas, te entran unas ganas locas de estar con él y no consigues quitártelo de tu cabeza. Lo buscas por todos los lados, con la esperanza de que aparezca, aunque sólo sea para darte un abrazo... pero el sueño no se materializa y te quedas con las ganas. Sientes tantas cosas, tienes tanto que decirle, que aunque se lo hayas dicho mil veces, se lo dirías mil veces más para que no tenga ninguna duda. Me encantaría darle todos los besos que nos debemos, y volver a mirarlo a la cara sin decir ni una palabra, y decirnos tanto a la vez. Le quiero, con toda mi alma.