SUBIDO AL TREN

No puedo dejar de pensar en ti. Hace cinco meses que a tu nombre le acompaña un suspiro y a tu recuerdo, una sonrisa. No dejo de pensar en ti porque tu paso por aquí dejó tu esencia... y más tarde tu ausencia; ese vacío hace que ahora disfrute de ti sin tenerte, en nuestra cercanía en esta distancia, en los sentimientos que creaste al pasarte por aquí, en las huellas que tus labios dejaron en los míos, en la estela que se formó en mis sábanas tras el paseo, por ellas, de tu cuerpo. No dejo de pensar en tí pero esta vez, añoro sin llorar y espero sabiendo que llegará.

Sonrío al echarte de menos y formo versos hablando de tus manos, sintiéndolas de nuevo acariciando mi vida, formándome un presente del sueño... ¡de tantos sueños!. Te tengo y, a veces dudo... ¿es posible que lo esté viviendo?

Y es que nada más que el amor te puede nublar lo que creíste aprendido, sólo él te puede hacer cambiar de opinión, sólo él conoce a ciencia cierta el camino y también viaja en tren pero esta vez no lo he perdido.